domingo, 7 de septiembre de 2008

DIVERSIDAD SEXUAL


Según la definición de la estadística, toda cosa deja de considerarse anómala o inusual, y empieza a ser común y normal una vez que rebasa el límite del 10%. Coloquialmente se considera que en las sociedades humanas, la norma de lo normal, valga la redundancia, son las relaciones heterosexuales entre hombre y mujer. Sin embargo, según sondeos recientes, se estima que más de un 35% de la población mundial es homosexual, y poco más del 25% posee otras preferencias alternativas que no siempre encajan en lo que usualmente se catalogaría de normal.
En términos de sociología y política, diversidad se define como la existencia de una variedad de opciones, creencias, situaciones, identidades, opiniones y rasgos particulares dentro de una población. Según criterios internacionales, la diversidad significa también que las múltiples variaciones no sólo existan dentro de una comunidad, sino que dichos sectores además aporten sus experiencias particulares para enriquecer la cultura, en un marco de respeto y tolerancia.
Es por esta última razón que cuando a un sector específico de la población no se le reconoce ni acepta como una variación dentro de la sociedad, se habla de que no existe diversidad formalmente, pese a que independientemente existan o no leyes que garanticen las libertades y derechos humanos más elementales.
La diversidad abarca toda clase de aspectos, de lenguajes autóctonos hasta opiniones políticas, pasando por grupos étnicos y creencias religiosas. Por supuesto, también abarca aspectos sexuales. Si bien la sexualidad es considerada por muchos únicamente como una función y necesidad biológica común a todos los seres vivos, la situación entre la especie humana es mucho más compleja, pues las relaciones sexuales abarcan muchos aspectos y situaciones que van más allá de un simple estímulo hormonal o el acto del coito. Más todavía, la sexualidad entre los humanos no sólo cumple funciones de perpetuación de la especie, sino que además sirve para establecer estructuras y lazos sociales. No por nada se dice siempre que la base de la sociedad es la familia, y ésta a su vez usualmente surge de la base de una pareja unida por lazos sexuales.
Los lazos sexuales entre los humanos dependen y abarcan un gran número de factores y procesos fisiológicos, psicológicos, sociales, culturales y hasta políticos, religiosos y filosóficos. Todos estos elementos influyen en la situación de que en la actualidad existan numerosas preferencias e identidades sexuales, las cuales a su vez todavía se subdividen en un número casi infinito de variaciones según los gustos y fetichismos individuales de cada persona. Es por esto importante que exista una diversidad sexual, no sólo por el simple derecho humano a la libertad de elección de estilo de vida, sino para garantizar un sano nivel de estabilidad y equidad social.
Aunque el número de preferencias sexuales es casi infinito, y no todo mundo se atreve a externar sus preferencias por temor a ser estigmatizado como anormal, las orientaciones sexuales se pueden dividir en 4 segmentos básicos: heterosexualidad, homosexualidad, bisexualidad y asexualidad. La heterosexualidad, es la atracción y relación entre 2 personas de sexos distintos, dígase hombre y mujer. La homosexualidad, también llamada coloquialmente como ser gay, implica relaciones con miembros del mismo sexo. La bisexualidad abarca a su vez a quienes se ven atraídos indistintamente por los 2 sexos, y la asexualidad a su vez, incluye a aquellos a quienes o no les atraen ni hombres ni mujeres, o sólo se sienten estimulados sexualmente consigo mismos.
Pero la diversidad sexual no solamente implica hacia quienes se sienten las personas atraídas, pues de modo independiente, también abarca en qué géneros o grupos se identifican. La identidad sexual o rol de género tiende a vincularse con los aspectos biológicos obvios de cada quién, pero en la práctica tenemos que existen muchas más opciones de género que no sólo son damas y varones, sino metrosexuales, drag queens, drag kings, transgéneros, lolitas, dominatrices y un largo etcétera. Como se puede notar, muchos de estos sectores poblacionales mantienen también identidades de grupos a nivel subcultural, de ahí que para muchos de ellos, la cuestión de la diversidad sea particularmente importante, no sólo en cuanto a reconocimiento legal, sino también en cuanto a respeto social como un estilo de vida y parte productiva de la cultura.

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