KARMA DE ANNIE BESANT
Todo desarrollado pensamiento del hombre pasa al mundo interno, y asociado o mejor diríamos entrefundido con una medio inteligente fuerza de los reinos elementales, se convierte en una entidad activa que como engendrada por la mente sobrevive durante un período proporcional a la intensidad del impulso que la generó. Así un buen pensamiento se mantiene como una fuerza activa y benéfica, y uno malo como un maléfico demonio. De esta suerte el hombre está continuamente poblando su ambiente con un mundo de su creación, henchido de los brotes de sus caprichos, deseos, impulsos y pasiones, que reaccionan sobre cualquier organismo sensitivo o nervioso puesto en contacto con ellos, en proporción de su dinámica intensidad. El budista llama a este fenómeno su escanda; el hinduista le denomina karma. El adepto emite conscientemente dichas formas mentales; los demás hombres las emiten inconscientemente. No se ha hecho más gráfica descripción de la esencial naturaleza del karma que la contenida en las precedentes frases tomadas de una de las primeras cartas del Maestro K. H. Si claramente se comprenden en todo su alcance, se desvanecerán la mayor parte de las dudas que obscurecen el asunto, y se percibirá el capital principio subyacente en la acción kármica. Por lo tanto, pueden considerarse dichas frases como la mejor norma de estudio, y así comenzaremos por considerar las facultades creadoras del hombre. Basta para introducción el claro concepto de la inmutabilidad de la ley y el de los planos de la Naturaleza.
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